Después de buscar en los pequeños rincones, detalles en el barro, en las plantas...
Decidimos, mirando el mapa, investigar la zona menos conocida de la región. Y encontramos paisajes increíbles, y absolutamente desconocidos... Tanto, que ninguno de nosotros los habíamos visto en fotos, en revistas... ni en los mapas, ni en las fotos aéreas... Curioso, cuanto menos.
No diré más del tema, pero sí que tengo unas ganas tremendas de volver a esos paisajes desconocidos, si es que soy capaz de rehacer el camino por tantos cruces de pistas sin señalizar...
La cuestión es que decidimos regresar a la pista principal, y bendita decisión, porque se pone a llover, torrencialmente.
Y el fino polvo de las Bardenas y de las pistas secundarias se transforma en una trampa de barro, de arcilla pegajosa que se va quedando pegada en las ruedas de los vehículos y en las suelas del calzado, al caminar.
La pista principal está recubierta de gravilla, y eso evita el problema, pero al pasear por los alrededores, a los pocos pasos tenemos unas "plataformas" en las botas, que dan risa, y pesan un par de kilos de más.
Como está lloviendo de lo lindo decidimos ir a poner gasolina en la furgo, y tomar algo en algún bareto del pueblo... Y empieza una Odisea.
La primera gasolinera, de autoservicio 24 horas, está fuera de servicio... Curioso.
En la segunda gasolinera, de autoservicio también, pongo 75 € de combustible y no sale ni una gota... Llamada al banco para anular la operación.
En la tercera gasolinera, de autoservicio, ya meto la tarjeta con manos temblorosas y , evidentemente, se traga la tarjeta. Cagándome en todos los derivados del petróleo, consigo sacar la tarjeta ayudándome de la navaja...
Al final, decidimos ir a la ciudad grande que quede más cerca. 20 kilómetros. Y deja de llover.
Cuando estoy poniendo gasolina, sale el Sol. Con esa luz limpia del otoño, brillante, cálida, contra un cielo negro de nubes de tormenta... Como una luz acabada de estrenar. Y nosotros en la ciudad...
Salimos disparados hacia las Bardenas, y a punto de amotinarse parte de la tripulación porque pretendía pararse a comprar pan. Pero yo, con mi visión de túnel, sólo veo esa LUZ, y por la situación atmosférica me imagino que quizás se forme...
El arcoíris más bestial que haya visto en mi vida, doble, contra un cielo oscurísimo, parece que lo podamos tocar... Intento salir de los suburbios de la ciudad y encontrar algún sitio donde parar, mientras en el coche la tensión es máxima. Y el arcoíris se va desvaneciendo y la tensión en el interior del vehículo sigue intacta.
La luz sigue siendo excelente, realmente prometedora, realzando el volumen y la textura de la arcilla saturadísima de agua y color.
Llegamos de nuevo al Castildetierra, y nos da tiempo de hacer un par de tomas, y se tapa de nuevo el Sol. Y nos quedamos allí, con las plataformas de barro bajo los pies, con cara de matar... Sin arcoíris, sin luz... sin pan.
Así que decidimos ir a la localización prevista para el atardecer cuando, metidos en el coche, vemos que vuelve a salir el Sol, y todo está precioso... Cuando llegamos y nos bajamos de la furgo, hacemos otro par de fotos... y el Sol se vuelve a tapar. Aunque el cielo es bonito.
En este paisaje, es curioso como la luz directa, tan evitada en paisaje, es mucho más estética que las luces difusas de los días nublados, aporta volumen, color, contraste...
Mi nivel de mala leche es tal que apenas atino a componer con un mínimo gusto, y no me gusta nada de lo que voy haciendo, aunque a posteriori no me parecen tan malas las fotos (ni buenas tampoco)...
Y con ese ánimo, y unas cuántas decenas más de picadas de mosquitos, nos vamos a dormir.
Nos levantamos antes del amanecer, y cuando llegamos a la localización del amanecer, llueve. Así que en vez de cortarme las venas, me quedo durmiendo en la furgo mientras Enrique y Marc salen a ver si hacen algo.
Al cabo de un par de horas, cuando salgo, el paisaje es muy gris, sin volumen...
Lo bueno de ser unos gafes, y tener siempre tan mala suerte con las luces es que tenemos una especie de resignada aceptación. Y se nos ve siempre currándonos los encuadres y las fotos como si estuviéramos presenciando las luces del siglo.
Quizás, esta sea una prueba más de que en realidad la fotografía en sí no es lo más importante. Que es la excusa y el motivo a la vez. Que nos apasiona estar allí, mirar el paisaje con atención buscando líneas, tonos, texturas. La mirada atenta. Jugar a buscar el punto de vista exacto donde todo encaja a través del visor y el paisaje cobra un valor estético mayor.
Un juego, simplemente, en el que se cumple el tópico de que lo importante es participar, jugar bien aunque no ganes. En que las fotos sean lo mejor posible, independientemente de las condiciones atmosféricas.
El trabajo bien hecho ( o intentarlo).
Decidimos, mirando el mapa, investigar la zona menos conocida de la región. Y encontramos paisajes increíbles, y absolutamente desconocidos... Tanto, que ninguno de nosotros los habíamos visto en fotos, en revistas... ni en los mapas, ni en las fotos aéreas... Curioso, cuanto menos.
No diré más del tema, pero sí que tengo unas ganas tremendas de volver a esos paisajes desconocidos, si es que soy capaz de rehacer el camino por tantos cruces de pistas sin señalizar...
La cuestión es que decidimos regresar a la pista principal, y bendita decisión, porque se pone a llover, torrencialmente.
Y el fino polvo de las Bardenas y de las pistas secundarias se transforma en una trampa de barro, de arcilla pegajosa que se va quedando pegada en las ruedas de los vehículos y en las suelas del calzado, al caminar.
La pista principal está recubierta de gravilla, y eso evita el problema, pero al pasear por los alrededores, a los pocos pasos tenemos unas "plataformas" en las botas, que dan risa, y pesan un par de kilos de más.
Como está lloviendo de lo lindo decidimos ir a poner gasolina en la furgo, y tomar algo en algún bareto del pueblo... Y empieza una Odisea.
La primera gasolinera, de autoservicio 24 horas, está fuera de servicio... Curioso.
En la segunda gasolinera, de autoservicio también, pongo 75 € de combustible y no sale ni una gota... Llamada al banco para anular la operación.
En la tercera gasolinera, de autoservicio, ya meto la tarjeta con manos temblorosas y , evidentemente, se traga la tarjeta. Cagándome en todos los derivados del petróleo, consigo sacar la tarjeta ayudándome de la navaja...
Al final, decidimos ir a la ciudad grande que quede más cerca. 20 kilómetros. Y deja de llover.
Cuando estoy poniendo gasolina, sale el Sol. Con esa luz limpia del otoño, brillante, cálida, contra un cielo negro de nubes de tormenta... Como una luz acabada de estrenar. Y nosotros en la ciudad...
Salimos disparados hacia las Bardenas, y a punto de amotinarse parte de la tripulación porque pretendía pararse a comprar pan. Pero yo, con mi visión de túnel, sólo veo esa LUZ, y por la situación atmosférica me imagino que quizás se forme...
El arcoíris más bestial que haya visto en mi vida, doble, contra un cielo oscurísimo, parece que lo podamos tocar... Intento salir de los suburbios de la ciudad y encontrar algún sitio donde parar, mientras en el coche la tensión es máxima. Y el arcoíris se va desvaneciendo y la tensión en el interior del vehículo sigue intacta.
La luz sigue siendo excelente, realmente prometedora, realzando el volumen y la textura de la arcilla saturadísima de agua y color.
Llegamos de nuevo al Castildetierra, y nos da tiempo de hacer un par de tomas, y se tapa de nuevo el Sol. Y nos quedamos allí, con las plataformas de barro bajo los pies, con cara de matar... Sin arcoíris, sin luz... sin pan.
Así que decidimos ir a la localización prevista para el atardecer cuando, metidos en el coche, vemos que vuelve a salir el Sol, y todo está precioso... Cuando llegamos y nos bajamos de la furgo, hacemos otro par de fotos... y el Sol se vuelve a tapar. Aunque el cielo es bonito.
En este paisaje, es curioso como la luz directa, tan evitada en paisaje, es mucho más estética que las luces difusas de los días nublados, aporta volumen, color, contraste...
Mi nivel de mala leche es tal que apenas atino a componer con un mínimo gusto, y no me gusta nada de lo que voy haciendo, aunque a posteriori no me parecen tan malas las fotos (ni buenas tampoco)...
Y con ese ánimo, y unas cuántas decenas más de picadas de mosquitos, nos vamos a dormir.
Nos levantamos antes del amanecer, y cuando llegamos a la localización del amanecer, llueve. Así que en vez de cortarme las venas, me quedo durmiendo en la furgo mientras Enrique y Marc salen a ver si hacen algo.
Al cabo de un par de horas, cuando salgo, el paisaje es muy gris, sin volumen...
Lo bueno de ser unos gafes, y tener siempre tan mala suerte con las luces es que tenemos una especie de resignada aceptación. Y se nos ve siempre currándonos los encuadres y las fotos como si estuviéramos presenciando las luces del siglo.
Quizás, esta sea una prueba más de que en realidad la fotografía en sí no es lo más importante. Que es la excusa y el motivo a la vez. Que nos apasiona estar allí, mirar el paisaje con atención buscando líneas, tonos, texturas. La mirada atenta. Jugar a buscar el punto de vista exacto donde todo encaja a través del visor y el paisaje cobra un valor estético mayor.
Un juego, simplemente, en el que se cumple el tópico de que lo importante es participar, jugar bien aunque no ganes. En que las fotos sean lo mejor posible, independientemente de las condiciones atmosféricas.
El trabajo bien hecho ( o intentarlo).
Aupa pequeñín!!
ResponderEliminarNo sabía toda la historia...no quedéis más para venir por aquí hasta que no quitéis ese gafe!! ;º) Madre mía...
Bueno, sin duda ha dado para una gran reflexión: excusa y motivo, bien cierto. Y si no fuese por esa incentidumbre no tendría tanta gracia lo de ir a buscar luces. Aunque de vez en cuando sienta bien una dosis de buena luz!!
Algo grande os debe estar esperando, sin duda. Y ese día la gozaréis de verdad!!
Además,qué coño, ya teneis hecho el trabajo sucio... ;º)
Un abrazo
Pues Urtzi, si hasta que nos quitemos el gafe no podemos pasar por ahí, cuando nos veamos ya no tendremos pelo... 8^)
EliminarLa verdad es que el día que pille unas luces potentes, me quedaré sin saber qué hacer, como las liebres en la carretra, deslumbradas por el fogonazo de los faros... jaja.
Fíjate cómo será que ya casi nos dan igual las luces, las condiciones meteo... Todo, vaya.
Un abrazo, agur!
Madre mía qué desiertos tenemos.. Me han encantado las fotos.. Enhorabuena..
ResponderEliminarEs una zona muy potente para hacer fotos, aunque la normativa del espacio natural es bastante ... curiosa, por decirlo suavemente...
EliminarMuchas gracias por pasar!!
Ja ja ja, con esa mala leche no se puede salir de casa,,,, y menos pagarla con los demás y tenerlos sin pan:-).........
ResponderEliminarQué va si salía de casa con una leche buenísima, de tan empalagoso y azucarado que iba, parecía yo un bote de leche condensada ;-) jaja.
EliminarLo del pan... Aún lo estoy pagando, XD!!!!
Pues a mí las fotos me parecen estupendas, y además, he pasado un buen rato leyendo esta "aventura" de la que dificilmente os olvidareis.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, las fotos, es lo que comento, siempre buscando y rebuscando, tratando de optimizar lo que se nos da. Pero es un lugar que con buenas luces tiene unas posibilidades espectaculares.
EliminarGracias por pasar!!
Ole por vuestra perseverancia; sin luces, sin pan, mosquitos, la revolucion de las máquinas en cajeros y gasolineras... sobreponiendose a condiciones extremas. Cuando las fotos estan tan curradas, no se les coje mas cariño ???
ResponderEliminarTampoco estan tan masl, alguna se salva, je je je.
Un abrazo.
Menudo fin de semana, majo... la cosa es que lo pasamos muy bien.
EliminarYa lo dicen, que el ser humano se crece en la adversidad :-P jaaaaaajaja
Abrazo!
Antonio he disfrutado viendo tus fotos y leyendo tu aventura, me han entrado ganas de conocer el sitio.
ResponderEliminarUn abrazo
Si puedes, no lo dudes, es un lugar impresionante, a pesar de la normativa de usuario del espacio.
EliminarSaludos!
Las condiciones idóneas no siempre acompañan en el momento justo o nos pillan muy lejos de donde queremos, de todas formas muy guapas las fotos.
ResponderEliminarSaludos
Bueno, ayer también estuve haciendo fotos y parece que he recuperado el favor de los Dioses... Tuve buenas luces!! Aún no me lo creo y tengo que coger la cámara para repasar las tomas de ayer... jaja 8^)
EliminarSalut!
Cuando las luces no acompañan es cuando un fotógrafo exprime al máximo su "tabula rasa" y trabaja el encuadre más que cuando las luces ya te están dando parte del atractivo en una toma.
ResponderEliminarEstos días en los que uno no es bendecido por las luces, creo que se aprende más de fotografía que cuando sale un arco iris doble, aunque con el arco iris doble nos vayamos más satisfechos que con lo aprendido cuando este no estaba.
En cuanto a las zonas nuevas de Bardenas, la verdad es que la gente se estanca en esa primera formación tan archifotografiada por todo el mundo, pero el interior bardenero esconde un montón de "secretos" dignos de admiración; y no son solo las potentes espadas de los mosquitos, jijijiji!!! La 5ª foto, esa formación que se ve al fondo, se llama Piskerra, y es una de las que más me atraen de Bardenas, aunque haya unas cuantas: http://500px.com/photo/5840906
Curiosa también la historia de la gasolina y los pagos. ¿Habéis indagado? No tendrá nada que ver "la" Barcina, no?
Un fuerte abrazo!
P.D.: "Llegarán las oscuras golondrinas", ya verás.
Aupa Iker!!
EliminarPues si es verdad que se aprende más en las sesiones de luces chungas... Debo ser ya un mega-crack !!!!!! 8^)
La zona del Piskerra y el Rallón eran las que queríamos visitar, pero vino un guarda y nos dijo que no se podía acceder a pie. Tengo diapos de hace ya unos cuantos años en que sí se podía pasar... Y la verdad, al día siguiente un guía turístico nos dijo que sí se podía pasar. Y después, en casa, mirando la normativa de acceso del parque, vimos que la prohibición no es para todo el año... Pero entonces ¿por qué nos lo dijo el guarda?, ¿por qué no ponía nada de fechas en los carteles de prohibición? ...
En fin, un abrazo Iker!! Agur!
Si no hay nubes, que no hay nubes; si sale el sol, que sale el sol; si llueve, que llueve. Me empieza a asaltar la duda de si cuando hablas de luces, ¿te refieres a colorines (creo sinceramente que el 80% de los fotógrafos de paisaje lo confunde o no sabe distinguir una de la otra) o a buena calidad de la luz (que ésta también, más difícil, puede darse a las 12 del mediodía)?
ResponderEliminarLa empresa de kleenex tiene un buen negocio con vosotros, porque no hacéis nada más que llorar y, aquí entre nosotros, el día que de verdad venga el lobo nadie os hará caso.
Buenas Anónimo, antes de nada comentarte que me gustó mucho tu libro "Lazarillo de Tormes". Muy entretenido.
EliminarDe lo que comentas aquí, sobre si los paisajistas confundimos color con calidad de luz te diré que no. Hay muchos tipos de luz de calidad, se suele dar en condiciones de iluminación lateral, suave, que aporte volumen pero deje ver detalle en luces y sombras. Que aporte dominantes de color sólo en las zonas iluminadas. Pero cada tipo de paisaje, o de objeto, necesita una "buena luz" que no es la mejor para otro tipo de paisaje...
En un lugar como Bardenas, por ejemplo, es preferible la luz directa (o al menos, direccional) del Sol que la luz extremadamente difusa de un día muy nublado, ya que ésta deja un paisaje muy plano, sin volumen.
En un bosque, en cambio, la luz buena es la difusa, que no cree sombras duras, que no provoque brillos en las hojas, o en el agua. Por eso lo ideal es hacer fotos en los días nublados, o bien cuando no hay Sol. Y si hay niebla mejor, porque la niebla, además de luz difusa, aporta mucha profundidad atmosférica y elegancia en la toma, al simplificar los fondos caóticos típicos de los bosques salvajes...
Dos ejemplos de luz de calidad. De buena luz.
Pero por si acaso yo o cualquier otro paisajista no lo tenemos claro, me encantaría que nos dieses, querido anónimo, un ejemplo de buen hacer con algunas de tus tomas, para ver si aprendemos de una vez y para siempre lo que es la buena luz, de calidad. Con colorines o sin ellos.
Creo recordar que el Cantar del Mio Cid también lo escribiste tú. Así que si eres tan buen y productivo fotógrafo como escritor, será un placer disfrutar de tu obra.
Ansioso estoy.
Saludos (no perdamos las maneras, mejor)
Creo que la que más me ha llamado la atención es la de los "lacasitos", la penúltima y la segunda también tienen su gracia.
ResponderEliminarCon los lacasitos estuvimos un buen rato peleando, intentando poner orden. Eran muy anárquicos :-P
ResponderEliminarVenga nen, un abrazo!
Bueno llego un poco tarde pero los últimos serán los primeros dicen en algún lado...;) jejeje.He disfrutao con la historia, he disfrutao con las fotos y he flipao con el comentario de anónimo, si señor, lanzo una piedra y escondo la mano, ahora no recuerdo bien como se llama esa forma de actuar...guapa entrada Antonio y sinceramente, no he echado de menos ningún cielo de colores :)
ResponderEliminarBuenas Senén!! Mejor tarde que nunca, se dice también ... Bendito refranero, jaja.
EliminarMe alegro que hayas disfrutado con el material del blog (inclusive el comentario de Anónimo).
Supongo que hay gente que , aunque no le guste lo que digo ni mis fotos, se ven obligados a visitar mi blog... jaja.
Venga majo, un saludete!!!
PD: Y los colorines (que igual no son de calidad, quién sabe), en la próxima entrada, que ya tengo casi lista.
Buena toma de "lacasitos..." en general m'agraden, una bona "venti"
ResponderEliminarsalut
joan
IMPRESIONANTE
ResponderEliminarHe llegado a tu blog buscando un tutorial de rawtherapee y me he quedado pasmado. Supongo que me pasaré a menudo porque tienes algún tutorial interesante de GIMP Rawtherapee y más software libre... Y porque las fotos son geniales.