Supongo que quienes me sigan sabrán que soy una persona bastante sociable.
Pero me encanta estar solo, al menos en el monte.
Y éso es lo que tocaba este pasado domingo. Una jornada de reencuentro con la soledad, de caminar al antojo de las sensaciones, las intuiciones... dejarse llevar y disfrutar de esos rincones pequeños que quedan muchas veces al margen de los grandes proyectos.
El gran Galen Rowel hablaba de la rata que tienen ciertas personas, que las impulsa a salir de vez en cuando en busca de ciertas vivencias... yo creo que algunas personas tenemos una musaraña... no sé si habéis tenido la oportunidad de haber observado a esas miniaturas de mamíferos... tienen un hambre voraz, insaciable.
Decidí ir a dar un paseo por La Vall d'en Bas, en la Garrotxa, que con las abundantes lluvias, seguro que estaba precioso...
Efectivamente, bajaba agua por todas partes, y aunque la otoñada aún no se nota mucho en la parte baja, el ambiente es ideal... me entretengo en cada salto de agua, en cada rincón lleno de musgo... no para hacer grandes fotos ni descubrimientos... como un ejercicio espiritual, hacer esas fotos que son como un ritual sagrado... observar, montar el trípode, cámara, cable disparador, parasol (que lloviznaba), encuadrar, mirar la exposición y encuadre, reencuadrar, etc...
Y van pasando los minutos, y las horas.
Intuyo que el hayedo de arriba estará fenomenal... pero me da igual, y sigo a lo mío. Hoy no me tienta hacer grandes fotos... hoy me da igual.
Cuando llego al Salt de Sallent me quedo sin palabras... nunca había visto esta cascada bajar tan fuerte... intento llegar a su base, pero con tanta agua en el río es imposible. Subo por el camino de les Escales, buscando unas "ventanas" entre la vegetación que recordaba de otros años, de otras excursiones... Me alegro de haber venido aquí, estar solo en un lugar así te hace sentirte especial.
Y saco el tele para extraer partes pequeñas del TODO, siguiendo esa filosofía gestáltica que dice que "el todo es más que la suma de sus partes..."
Y es justo en ése momento, cuando empieza a soplar un fuerte viento, y a llover de verdad. Claro. Y un importante porcentaje de tomas me quedan trepidadas, pero con repetir encuadre unas cuantas tomas, te aseguras de que alguna quede bien...
La lluvia arrecia y pienso en bajar de nuevo al coche. Además no cogí ni agua ni comida... pero ya queda poco para llegar a lo alto de la pared, y de allí al inicio del salto es un paseito corto... y quizás valga la pena.
Una vez arriba el fortísimo viento hace que el agua que baja por la cascada vuelva a subir, jajaja. y no puedo hacer la foto desde lo alto de la cascada... otro día será la foto, pero mirar desde esos cientos metros de altura ...
Pienso en subir al Puigsacalm, pero la barriga me protesta... en qué andaría yo pensando cuando no cogí nada de comida?? Con el paraguas abierto cuando la vegetación me lo permite voy bajando al coche, y de las hayas pasamos a los arces, a los castaños y mostajos, a los pinos... y a la furgo. Y la comida... y la ropa seca... jeje.
Después me acerco al Coll de Bracons, a darme una vuelta por la fageda de la Grevolosa, pero llueve muy intensamente y las rachas de viento me empapan en unos minutos... al cabo de una hora estoy de nuevo en la furgo. Y de nuevo, cambiarse de ropa.
Ni una sola foto aprovechable.
Decido darle una oportunidad al Montseny. Y cuando llego está oscurísimo, y hay bastante niebla. Intento potendiar esas sensaciones con ambientes oscuros y fotos tétricas...
El viento no molesta cuando haces fotos de alta montaña o marinas, pero en el bosque es un gran problema... a no ser que lo intentes aprovechar para potenciar esas sensaciones de que hablaba antes.
Y cuando ya estoy chorreando de nuevo, me acerco a Passavets, a las grandes clásicas del Montseny... y con ese tiempo no me sorprende no ver más fotógrafos... es que hay que estar un poco...
Por fin encuentro un encuadre que me llama la atención... y a esperar que la niebla se espese lo suficiente... que después en el camino a casa siempre parece que las nieblas se deshacen en la tarjeta de memoria, jaajaja.
Subir y bajar por la riera observando el color del musgo, de las hojas recién caídas, el rumor del agua, el frio en los dedos y las gotas de agua resbalando por el cuello... a éstas horas debe de estar acabando la "peli del domingo".
Pero a mí nadie tendrá que explicármela... yo he estado dentro de ésa peli que la mayoría sólo se atreve a vivir a través del cristal del televisor.
Saludos!