Durante la semana pasada tuve una visión... una idea clara en mi mente, una idea tan buena... que no admitía dudas. A veces me pregunto de dónde me vendrán tales ocurrencias... os la detallaré para que veáis...
"Después de currar el sábado, salir dirección Saldes, dormir un par de horas en la furgo y subir el Pedraforca por la noche... para disfrutar del amanecer desde lo alto de la montaña. Después seguir la excursión y rodear la montaña... hasta la furgo, una siesta y para casa". Esa era la idea, más o menos.
Ya tenía el horario de la salida solar, lunar, la cota de nieve, temperaturas mínimas, etc... la predicción meteorológica era mala de cojones... pero la idea en sí es tan buena... jeje.
Pregunté a un par de colegas, pero no "podían" salir este finde (menudas excusas¡¡!!!, que si me voy de viaje, que si me he roto un brazo, que si dan una peli en antena 3...).
Pues nada, iré solo. Al Pedraforca... ya puestoS, una montaña con ambiente (ambiente = verticalidad).
Al final, después de un par de mails, se apunta Igansi Lopez.
Llegamos al Parking a eso de las doce de la noche del sábado, cenamos algo y salimos a ver el tiempo... cielo estrellado, alguna nube dispersa... perfecto!
Suena el despertador a las dos de la noche (ni dos horas de dormir...buff!). Nos vestimos y... chispea, cagüen!!
No hace mucho frío y subimos a buen ritmo, a la media hora arrecia la lluvia y, resignados, nos cubrimos de Gore-tex, en cinco minutos estamos bien mojados pero tenemos la esperanza de llegar a la cota de nieve...
La subida por la pedrera es cansadísima... a cada paso te hundes retrocedes un poco. Pero paso a paso ganamos altura, una vez que llegamos a la nieve, aumentamos el ritmo... una gozada ver las luces de los pueblos allá abajo, cada vez más pequeñas, mientras nuestro mundo es sólo un círculo de luz azulada... ha dejado de llover y jirones de niebla empiezan a bajar de la cima.
Cuando llegamos a la enforcadura el viento se muestra implacable y decidimos seguir subiendo, para no enfriarnos... buscaremos arriba una roca para resguardarnos del frio.
Llegamos a la cima con una hora de antelación, pero está todo tan cerrado que tenemos pocas esperanzas de "ver amanecer"... comemos algo y nos abrigamos con todo lo que llevamos. Aún así el frio se nota... se nos escarcha la ropa, la mochila.
Ya clarea, y cuando vemos que no habrá luces, decidimos ir bajando, paramos cuando nos interesa algo... que es casi siempre... y nos sumimos en el mundo de los sueños... Ignasi y yo estamos juntos, formamos una "cordada sin cuerda" pero a la vez estamos separados, en nuestros propios mundos.
Curiosamente el cuerpo me pide incluir a Ignasi en los encuadres, para proporcionar un motivo "vivo" en ese ambiente inerte... Lo bueno es que esta montaña no es muy alta (casi 2500m) y de seguida emergen plantas de la nieve, y ayudan a dar ese puntito de vida a las fotos.
También jugamos con las líneas, la perspectiva atmosférica, la textura y formas de las rocas...
Una gozada fotografiar con niebla, que además va cambiando... como las luces. Definitivamente es de día y, aunque no se vea nada, sabemos que el paisaje que tenemos alrededor es precioso.
La bajada tiene tramos bastante vertiginosos, a pesar de la niebla, y entonces, de en medio de la niebla nos aparece un héroe... un árbol solitario en lo alto de un promontorio... un lugar incomprensible para vivir...
Hacer fotos sin trípode tiene su qué... hay que estar muy pendiente del encuadre, además casi imposible de repetir. Hay que estar muy pendiente de no trepidar las fotos, tirando de diafragmas abiertos, velocidades razonables ya que tiramos casi siempre con angular. Tirando de ISO... Y realmente es muy agradable la libertad de movimientos, de encuadres que te da no usar trípode. Es un buen ejercicio.
Y la verdad... para qué nos vamos a engañar, que estoy un poco cansado... jeje, así que cortaré aquí la entrada ya que aún quedan muchas fotos por procesar...
Continuará...
"Después de currar el sábado, salir dirección Saldes, dormir un par de horas en la furgo y subir el Pedraforca por la noche... para disfrutar del amanecer desde lo alto de la montaña. Después seguir la excursión y rodear la montaña... hasta la furgo, una siesta y para casa". Esa era la idea, más o menos.
Ya tenía el horario de la salida solar, lunar, la cota de nieve, temperaturas mínimas, etc... la predicción meteorológica era mala de cojones... pero la idea en sí es tan buena... jeje.
Pregunté a un par de colegas, pero no "podían" salir este finde (menudas excusas¡¡!!!, que si me voy de viaje, que si me he roto un brazo, que si dan una peli en antena 3...).
Pues nada, iré solo. Al Pedraforca... ya puestoS, una montaña con ambiente (ambiente = verticalidad).
Al final, después de un par de mails, se apunta Igansi Lopez.
Llegamos al Parking a eso de las doce de la noche del sábado, cenamos algo y salimos a ver el tiempo... cielo estrellado, alguna nube dispersa... perfecto!
Suena el despertador a las dos de la noche (ni dos horas de dormir...buff!). Nos vestimos y... chispea, cagüen!!
No hace mucho frío y subimos a buen ritmo, a la media hora arrecia la lluvia y, resignados, nos cubrimos de Gore-tex, en cinco minutos estamos bien mojados pero tenemos la esperanza de llegar a la cota de nieve...
La subida por la pedrera es cansadísima... a cada paso te hundes retrocedes un poco. Pero paso a paso ganamos altura, una vez que llegamos a la nieve, aumentamos el ritmo... una gozada ver las luces de los pueblos allá abajo, cada vez más pequeñas, mientras nuestro mundo es sólo un círculo de luz azulada... ha dejado de llover y jirones de niebla empiezan a bajar de la cima.
Cuando llegamos a la enforcadura el viento se muestra implacable y decidimos seguir subiendo, para no enfriarnos... buscaremos arriba una roca para resguardarnos del frio.
Llegamos a la cima con una hora de antelación, pero está todo tan cerrado que tenemos pocas esperanzas de "ver amanecer"... comemos algo y nos abrigamos con todo lo que llevamos. Aún así el frio se nota... se nos escarcha la ropa, la mochila.
Ya clarea, y cuando vemos que no habrá luces, decidimos ir bajando, paramos cuando nos interesa algo... que es casi siempre... y nos sumimos en el mundo de los sueños... Ignasi y yo estamos juntos, formamos una "cordada sin cuerda" pero a la vez estamos separados, en nuestros propios mundos.
Curiosamente el cuerpo me pide incluir a Ignasi en los encuadres, para proporcionar un motivo "vivo" en ese ambiente inerte... Lo bueno es que esta montaña no es muy alta (casi 2500m) y de seguida emergen plantas de la nieve, y ayudan a dar ese puntito de vida a las fotos.
También jugamos con las líneas, la perspectiva atmosférica, la textura y formas de las rocas...
Una gozada fotografiar con niebla, que además va cambiando... como las luces. Definitivamente es de día y, aunque no se vea nada, sabemos que el paisaje que tenemos alrededor es precioso.
La bajada tiene tramos bastante vertiginosos, a pesar de la niebla, y entonces, de en medio de la niebla nos aparece un héroe... un árbol solitario en lo alto de un promontorio... un lugar incomprensible para vivir...
Hacer fotos sin trípode tiene su qué... hay que estar muy pendiente del encuadre, además casi imposible de repetir. Hay que estar muy pendiente de no trepidar las fotos, tirando de diafragmas abiertos, velocidades razonables ya que tiramos casi siempre con angular. Tirando de ISO... Y realmente es muy agradable la libertad de movimientos, de encuadres que te da no usar trípode. Es un buen ejercicio.
Y la verdad... para qué nos vamos a engañar, que estoy un poco cansado... jeje, así que cortaré aquí la entrada ya que aún quedan muchas fotos por procesar...
Continuará...