Pues nos habíamos quedado en cierto lugar de los Pirineos, donde apenas hay agua superficial, donde las rocas parecen olas del mar...
Y estábamos hartos de nuestra mala suerte con las luces, aunque a nivel descubrimientos y experiencias místico-montañísticas no nos podemos quejar, jeje.
La cuestión es que queríamos ir al Mar Cantábrico... y hasta Hendaya que nos fuimos, buscando unas rocas que había visto en una foto de una compañera de un foro de fotografía, mil gracias Maite!!
Las rocas en cuestión son dos torres de roca laminada, que desde la misma playa de Hendaya parecen iguales, y por eso se llaman "Las Gemelas"... tampoco es que los cantábricos se compliquen mucho la vida con los topónimos ¡¡!!!
Como siempre, vamos a media tarde a investigar las posibilidades de la zona, un buen paseo, y nos maravillamos del lugar... tiene muy buena pinta. Junto a un palacete que hay allí entre las Landas, este trozo de costa es una mina para la fotografía.
Y nos encontramos a un curioso personaje, una especie de guarda forestal, a caballo en plan pistolero... con más pinta de Chuck Norris que de Clint Eastwood, jaaaaajajaja.
En fin, que me pongo con las tonterías... y no acabo. El caminito de bajada a la cala resulta ser bastante expuesto en un tramo, pero al llegar abajo empezamos a husmear encuadres como solemos... allá arriba vemos al jinete que nos mira con los ojos entornados, pero nosotros seguimos a lo nuestro (no sabemos si está permitida la bajada a esa cala, pero tampoco había ningún cartel... creo).
Tampoco es que tengamos mucha suerte con las luces, pero el simple hecho de que el agua es media vida ya nos alegra la sesión. además que hay muchísimas posibilidades. Y la gracia de estar trabajando un sitio sin haber visto apenas fotos del lugar, realmente gratificante.
De estas dos fotos de arriba, creo que me gusta más la primera que sólo sale una de las torres, la veo más elegante, pero por si acaso... mejor hacer las dos, jeje.
Y se nos hace de noche, aunque hubiéramos hecho durar este atardecer mucho más. Tanto nos enamoró el lugar que decidimos (yo decidí, y Enrique no protestó demasiado) volver al amanecer siguiente...
Y de nuevo empieza el baile, pero ahora ya teníamos encuadres en la cabeza, sólo había que ir de unos a otros según pintaran las luces... nubes en el cielo... de todo podía pasar.
Por lo pronto, las luces parásitas bailaban en equilibrio con las luces de la hora azul, y mientras Enrique se fumaba un piti (y se recuperaba del temblor de piernas de la bajada, jaaajaja) me fui directo a este rincón... puñetero pero que me parece precioso.
La forma de las lajas no ayuda a la hora de hacer fotos, ya que marcan unas diagonales tremendas hacia la izquierda, pero las agujas de roca están a la derecha, con lo que todos los elementos descompensan con mucha facilidad las imágenes... decenas de fotos hice aquí, con mínimos reajustes de encuadre... y como no me puedo estar quieto, ese encuadre (casi) perfecto lo pierdo cuando las luces se ponen interesantes... cosas.
Por supuesto, nos vamos cruzando Enrique y yo, como siempre cada uno en su mundo... y además no hay ni rastro del "llanero solitario", y uno está más tranquilo... que eso de ver a un "tipo" en caballo mirándote como valorando quién, cómo y porqué estás ahí, desde lo alto de un acantilado no es algo habitual.
La simple presencia del agua, y el juego que permiten algunos filtros, en concreto los de densidad neutra permiten captar mil caras del agua, más temperamental, sedosa, suave, etc...
Es realmente curioso, que por los pelos coincidimos aquí con otro fotógrafo, Arkaitz Morales, que estuvo justo el día anterior y a nosotros nos lo comentó un par de días después otro conocido en común... y lo más curioso, es que hicimos una foto realmente parecida (el punto de vista).
La luz del amanecer no da directa en todo el año ya que la cala queda protegida por unos acantilados enormes, pero si el cielo se ilumina... qué ganas teníamos ya de unas luces disfrutonas...
Y ya se va acabando la sesión, empieza a hacer ese calor de la cota cero, y me empieza a apetecer un baño... pero no en esta cala, que esas rocas rascan una cosa mala, jeje, así que nos vamos a la playa grande de Hendaya, donde todavía no hay casi nadie, y el agua está serena, preciosa... no hay nada mejor que empezar bien un buen día.
Menuda entrada... jaaaaaaajaja, será por fotos ¡¡¡!!!!!!
Y estábamos hartos de nuestra mala suerte con las luces, aunque a nivel descubrimientos y experiencias místico-montañísticas no nos podemos quejar, jeje.
La cuestión es que queríamos ir al Mar Cantábrico... y hasta Hendaya que nos fuimos, buscando unas rocas que había visto en una foto de una compañera de un foro de fotografía, mil gracias Maite!!
Las rocas en cuestión son dos torres de roca laminada, que desde la misma playa de Hendaya parecen iguales, y por eso se llaman "Las Gemelas"... tampoco es que los cantábricos se compliquen mucho la vida con los topónimos ¡¡!!!
Como siempre, vamos a media tarde a investigar las posibilidades de la zona, un buen paseo, y nos maravillamos del lugar... tiene muy buena pinta. Junto a un palacete que hay allí entre las Landas, este trozo de costa es una mina para la fotografía.
Y nos encontramos a un curioso personaje, una especie de guarda forestal, a caballo en plan pistolero... con más pinta de Chuck Norris que de Clint Eastwood, jaaaaajajaja.
En fin, que me pongo con las tonterías... y no acabo. El caminito de bajada a la cala resulta ser bastante expuesto en un tramo, pero al llegar abajo empezamos a husmear encuadres como solemos... allá arriba vemos al jinete que nos mira con los ojos entornados, pero nosotros seguimos a lo nuestro (no sabemos si está permitida la bajada a esa cala, pero tampoco había ningún cartel... creo).
Tampoco es que tengamos mucha suerte con las luces, pero el simple hecho de que el agua es media vida ya nos alegra la sesión. además que hay muchísimas posibilidades. Y la gracia de estar trabajando un sitio sin haber visto apenas fotos del lugar, realmente gratificante.
De estas dos fotos de arriba, creo que me gusta más la primera que sólo sale una de las torres, la veo más elegante, pero por si acaso... mejor hacer las dos, jeje.
Y se nos hace de noche, aunque hubiéramos hecho durar este atardecer mucho más. Tanto nos enamoró el lugar que decidimos (yo decidí, y Enrique no protestó demasiado) volver al amanecer siguiente...
Y de nuevo empieza el baile, pero ahora ya teníamos encuadres en la cabeza, sólo había que ir de unos a otros según pintaran las luces... nubes en el cielo... de todo podía pasar.
Por lo pronto, las luces parásitas bailaban en equilibrio con las luces de la hora azul, y mientras Enrique se fumaba un piti (y se recuperaba del temblor de piernas de la bajada, jaaajaja) me fui directo a este rincón... puñetero pero que me parece precioso.
La forma de las lajas no ayuda a la hora de hacer fotos, ya que marcan unas diagonales tremendas hacia la izquierda, pero las agujas de roca están a la derecha, con lo que todos los elementos descompensan con mucha facilidad las imágenes... decenas de fotos hice aquí, con mínimos reajustes de encuadre... y como no me puedo estar quieto, ese encuadre (casi) perfecto lo pierdo cuando las luces se ponen interesantes... cosas.
Por supuesto, nos vamos cruzando Enrique y yo, como siempre cada uno en su mundo... y además no hay ni rastro del "llanero solitario", y uno está más tranquilo... que eso de ver a un "tipo" en caballo mirándote como valorando quién, cómo y porqué estás ahí, desde lo alto de un acantilado no es algo habitual.
La simple presencia del agua, y el juego que permiten algunos filtros, en concreto los de densidad neutra permiten captar mil caras del agua, más temperamental, sedosa, suave, etc...
Es realmente curioso, que por los pelos coincidimos aquí con otro fotógrafo, Arkaitz Morales, que estuvo justo el día anterior y a nosotros nos lo comentó un par de días después otro conocido en común... y lo más curioso, es que hicimos una foto realmente parecida (el punto de vista).
La luz del amanecer no da directa en todo el año ya que la cala queda protegida por unos acantilados enormes, pero si el cielo se ilumina... qué ganas teníamos ya de unas luces disfrutonas...
Y ya se va acabando la sesión, empieza a hacer ese calor de la cota cero, y me empieza a apetecer un baño... pero no en esta cala, que esas rocas rascan una cosa mala, jeje, así que nos vamos a la playa grande de Hendaya, donde todavía no hay casi nadie, y el agua está serena, preciosa... no hay nada mejor que empezar bien un buen día.
Menuda entrada... jaaaaaaajaja, será por fotos ¡¡¡!!!!!!
Buenas Antonio
ResponderEliminarMenudo sitio!
La verdad es que todas tienen su jugo, aunque la que más me gustan són la 2,4,5 y la 9, sobre todo la esta ultima
Buena serie, como siempre. Esas texturas de primer plano bien trabajadas y las gemelas en el fondo acaban de redondear los encuadres.
ResponderEliminarEnhorabuena :-)
Todas fantásticas Antonio, la segunda y la cuarta para mi gusto son de las fotos mas guapas que te he visto. Un saludo
ResponderEliminarUn par de sesiones impresionantes.
ResponderEliminarCoincido con José en que algunas son de los mejor que te he visto.
Saludos
Excelente entrada Antonio, estas que no paras quieto, vaya vitalidad que tienes y los km que recorres, con cada entrada me pones los dientes largos con las localizaciones.
ResponderEliminarMe gustan la 4 y la ultima,
Salut!!
Me quedo con la primera del amanecer y la última de todo, casi la catalogaría de gorkiana 8^) Eres un crak!
ResponderEliminarQuina gran sèrie, jo crec que si que li vareu treure profit sobretot a la sortida.
ResponderEliminarSalut!!
Buenas colegas.
ResponderEliminarLa verdad es que fueron dos de esas sesiones que te hacen crecer un palmo... y aún hay bastante material en el tintero, pero es que me canso de procesar, jaaaajaja.
Esa última, ya la bautizamos Enrique y yo de Gorkiana, repasando las fotos en la cámara, jaajaja. Eso es que me voy acercando al buen camino ¡¡!!!!!!
Saludos a todos y gracias por pasar!
Buenas Antonio... te habrás quedado tranquilo, eh... joé que cantidad de fotos... -paro de escribir que me llama por teléfono un tal Martínez Rúa, jajajajaja...-. A mí me ha sorprendido mucho la sexta, esas líneas le dan a la foto un fuerza tremenda, se lee de forma vertiginosa y aún así se hace atractiva, quizá el momento no es el mejor, pero me ha gustado esa compo. La Gorkiana está bien guapa, jajaja... la verdad es que sí. Y la décima también me gusta mucho... si al final va a ser verdad eso de que se te da bien hacer fotos, jajajaja... Un saludete...
ResponderEliminarTe despachaste a gusto con p.p., eh !!!! Buena serie. Saludos.
ResponderEliminarMacho, vas más aprisa metiendo entradas, que yo mirándolas, je, je. Pues hay muchas fotos, pero buenas, bastantes de ellas: yo me quedo con todas, pero sobre todo las dos primeras. Un abrazo, que me voy a dormir, no sé por que estoy tan cansado, jaaa, ja.
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