martes, 29 de marzo de 2011

Los conquistadores de lo inútil.

Durante la semana pasada tuve una visión... una idea clara en mi mente, una idea tan buena... que no admitía dudas. A veces me pregunto de dónde me vendrán tales ocurrencias... os la detallaré para que veáis...



"Después de currar el sábado, salir dirección Saldes, dormir un par de horas en la furgo y subir el Pedraforca por la noche... para disfrutar del amanecer desde lo alto de la montaña. Después seguir la excursión y rodear la montaña... hasta la furgo, una siesta y para casa". Esa era la idea, más o menos.
Ya tenía el horario de la salida solar, lunar, la cota de nieve, temperaturas mínimas, etc... la predicción meteorológica era mala de cojones... pero la idea en sí es tan buena... jeje.
Pregunté a un par de colegas, pero no "podían" salir este finde (menudas excusas¡¡!!!, que si me voy de viaje, que si me he roto un brazo, que si dan una peli en antena 3...).
Pues nada, iré solo. Al Pedraforca... ya puestoS, una montaña con ambiente (ambiente = verticalidad).

Al final, después de un par de mails, se apunta Igansi Lopez.

Llegamos al Parking a eso de las doce de la noche del sábado, cenamos algo y salimos a ver el tiempo... cielo estrellado, alguna nube dispersa... perfecto!
Suena el despertador a las dos de la noche (ni dos horas de dormir...buff!). Nos vestimos y... chispea, cagüen!!
No hace mucho frío y subimos a buen ritmo, a la media hora arrecia la lluvia y, resignados, nos cubrimos de Gore-tex, en cinco minutos estamos bien mojados pero tenemos la esperanza de llegar a la cota de nieve...
La subida por la pedrera es cansadísima... a cada paso te hundes retrocedes un poco. Pero paso a paso ganamos altura, una vez que llegamos a la nieve, aumentamos el ritmo... una gozada ver las luces de los pueblos allá abajo, cada vez más pequeñas, mientras nuestro mundo es sólo un círculo de luz azulada... ha dejado de llover y jirones de niebla empiezan a bajar de la cima.



Cuando llegamos a la enforcadura el viento se muestra implacable y decidimos seguir subiendo, para no enfriarnos... buscaremos arriba una roca para resguardarnos del frio.



Llegamos a la cima con una hora de antelación, pero está todo tan cerrado que tenemos pocas esperanzas de "ver amanecer"... comemos algo y nos abrigamos con todo lo que llevamos. Aún así el frio se nota... se nos escarcha la ropa, la mochila.



Ya clarea, y cuando vemos que no habrá luces, decidimos ir bajando, paramos cuando nos interesa algo... que es casi siempre... y nos sumimos en el mundo de los sueños... Ignasi y yo estamos juntos, formamos una "cordada sin cuerda" pero a la vez estamos separados, en nuestros propios mundos.



Curiosamente el cuerpo me pide incluir a Ignasi en los encuadres, para proporcionar un motivo "vivo" en ese ambiente inerte... Lo bueno es que esta montaña no es muy alta (casi 2500m) y de seguida emergen plantas de la nieve, y ayudan a dar ese puntito de vida a las fotos.



También jugamos con las líneas, la perspectiva atmosférica, la textura y formas de las rocas...



Una gozada fotografiar con niebla, que además va cambiando... como las luces. Definitivamente es de día y, aunque no se vea nada, sabemos que el paisaje que tenemos alrededor es precioso.



La bajada tiene tramos bastante vertiginosos, a pesar de la niebla, y entonces, de en medio de la niebla nos aparece un héroe... un árbol solitario en lo alto de un promontorio... un lugar incomprensible para vivir...



Hacer fotos sin trípode tiene su qué... hay que estar muy pendiente del encuadre, además casi imposible de repetir. Hay que estar muy pendiente de no trepidar las fotos, tirando de diafragmas abiertos, velocidades razonables ya que tiramos casi siempre con angular. Tirando de ISO... Y realmente es muy agradable la libertad de movimientos, de encuadres que te da no usar trípode. Es un buen ejercicio.



Y la verdad... para qué nos vamos a engañar, que estoy un poco cansado... jeje, así que cortaré aquí la entrada ya que aún quedan muchas fotos por procesar...


Continuará...








domingo, 20 de marzo de 2011

Sombra y luz en la nieve.



Después de la sesión "bipolar" del río, jeje... y después de una merecida "siesta" mi idea era subir hasta una de las cimas de la zona, para hacer la puesta de Sol desde lo alto, y bajar ya de noche...
El tiempo era tan bueno...


Cuando me despierto asomo la cabeza por la ventana de la furgo y veo... nada. Niebla, cerradísima.
Me cambio a toda prisa, hago la mochila y salgo disparado hacia arriba...



Cuando estoy cerca del refu se empieza a abrir el cielo, e intento alguna de esas fotos que rozan lo imposible... me lo paso mejor allí jugando a hacer fotos que después repasando en casa los frutos...



La excursión se acaba cuando llego al Coll de la Marrana, y la precipitación deja de ser nieve y cae en forma de agua... y el agua, para los pingüinos. Así que me bajo.



La verdad es que esto es cansado... Saludos!!

miércoles, 16 de marzo de 2011

El hombre a quien mordió el frio.

Resulta que la picadura del frio no tiene cura... Dice la leyenda (que me acabo de inventar) que aquellos que sufren la mordedura del frio se convierten en adictos a esa sensación, sedientos siempre de aventuras, de sensaciones que la sociedad del bienestar no tolera... como vampiros, pero al revés...no chupan la vida de los demás.

Quien haya llorado de dolor al recuperar el tacto de las manos, quien haya pasado toda la noche tiritando durante un vivac, quien haya fundido nieve para beber o cocinar... estará infectado.

Un fantasma ( no es que me  considere un fantasma, que también, si no por que estoy "movido", por el redbull, jeje)

Para conseguir hacer fotos en este ambiente: río corriendo y manchas de nieve, mi secreto es ponerme el vadeador, y sólo moverse por el agua, sin pisar la nieve, tener en cuenta que la nieve registra todas las huellas. Esto implica estarte una o dos horas con los pies (por lo menos) bajo el agua...
Para evitar una posible hipotermia me equipo de la siguiente manera: calcetines de trekking, encima otros calcetines de expedición, mayas térmicas, pantalón de cordura de trekking, y el vadeador encima... de esta manera consigo mantener una cierta capacidad aislante de las varias capas de tejido. el aislamiento se consigue simplemente manteniendo aire caliente alrededor del cuerpo, por eso las varias capas de ropa. Y por supuesto el vadeador.
Arriba si hace frio: dos camisetas térmicas, polar y chaqueta de Gore-tex, si hace MUCHO frio, también un chaleco de plumas...


A pesar de todo eso... al final el dolor de los pies ya te hace perder efectividad fotográfica, y la sesión se tiene que acabar.


Hay días que el ambiente del paisaje es sumamente cambiante... y entonces es un no parar de hacer fotos...
Vas probando encuadres, y las cosas van cambiando de color, de texturas...


En un momento que estoy mirando hacia abajo, me giro y veo que la monataña se ilumina...


Es curioso que aunque llevo un par de horas para afinar las compos... cuando llega el momento clave, siempre te pilla un poco con los pantalones bajados, jeje.


Pero tampoco caes en eso... te concentras totalmente, pruebas con más polarizador, con menos, con varios degradados, con más velocidad de obturación, con el agua más sedosa. Y los minutos vuelan...



Voy alternando este punto de vista con "el" de la anterior entrada. Cagüen! qué estrés. Y encima de conversación con Pirene...


Cuando la luz se empieza a volver demasiado dura, coloco el ND 64x, en parte para reducir algo el contraste, que es un efecto secundario de este filtro, pero que hace bien el apaño.


Empiezo a notar demasiado frio en las piernas, y empiezo a ver que ya tengo toda la faena hecha... aunque podría buscar un rincón en sombra y sacar el tele... pero para otro día...


Y son casi las nueve de la mañana... unas dos horas metido en el agua, ya está bien. Me meto en la furgo, en el saco y a dormir... hasta dentro de un ratito...
Saludos!!

lunes, 14 de marzo de 2011

A solas y bailando con Pirene.

Este fin de semana pensaba pasarlo en los Pirineos, acampado, solo... apara recorrer otra etapa de ese camino interior que todos tenemos delante... pero el mal tiempo no lo hacía aconsejable.
Así pues dejé la actividad para el domingo, fotos al amanecer en el Ter, y después subir algún pico desde donde ver apagarse el día...

La hora azul, fria, serena... triste.
Supongo que todos conocéis la leyenda de Pirene y el nacimiento de los Pirineos... en resumen, que Pirene era una buena moza, que se escapaba de un pretendiente y se escondió en los antiguos montes pirenaicos... Al pretendiente, que era para darle de comer aparte, no se le ocurrió otra cosa que pegarle fuego al monte. El animal. La cuestión es que la pobre Pirene murió allí quemada en su refugio de libertad (curiosa ironía)... Heracles, un tío fortachón del Norte, cubrió el cuerpo de la bella Pirene con enormes rocas, y así nacieron más o menos mis queridos Pirineos...
La gente de antes no tenía tele, jeje.

El día despierta, y la vida se alegra.
La cuestión es que su espíritu duro e implacable, bello como los sueños de Pirene se puede percibir en algunos lugares... y dicen que algunas personas que se lo saben ganar y lo valen la han visto bañarse en los ríos y lagos del Pirineo.

Un guiño de sonrisa.
Por supuesto no era mi caso, pero resulta que Pirene salió a pasear y me encontró en el río Ter, con el agua helada por las rodillas y me preguntó si tenía frio.
- Si, pero no me duele "demasiado".
- ¿Y qué haces? me preguntó intrigada... -llevas mucho rato ahí quieto-.
- Hago fotos.
- Fotos? 
-Si, capturo la LUZ dentro de esta caja, que se llama cámara. Y así la luz efímera será eterna...
- Y a qué le haces fotos?
- A tí.
- Y porqué a mí? si no existo...
- Yo te veo, siento tu tristeza, tus recuerdos, tus sueños, tu resplandor, siento la esencia de tu libertad.
- ¿Puedo ver las fotos?
- Claro!, mira... al principio te vi muy triste, muy fria. Pero al rato estabas más contenta, te oí cantar con tu voz de leyenda.
- Siempre canto cuando se levanta el Sol.
- Sabes, Pirene, mis colegas no se lo van a creer cuando se lo explique...
- Pero podrán verme en las fotos.
- Claro... ¿te vas?

La elocuencia de una mirada al alma.
Era realmente hermosa, dura como el granito, voluptuosa como las formas de la nieve al viento. Fria como el hielo... y sin embargo, tenía un destello cálido, triste en la mirada... Un brillo del recuerdo de su antigua vida.


Para siempre en mi memoria... aunque sea todo mentira.

Un destello de dolor al saber de  tantas personas que nunca la han visto, porque nunca la han buscado.
El dolor de ver que su recinto de libertad, su canto a la independencia se ve aplastado una y otra vez por miles de personas que no ven más que en su egoísmo, que piensan que la libertad en el Mundo es su exclusiva  libertad...

Y que conste que no me he fumado nada, eh??



viernes, 4 de marzo de 2011

Sentir la libertad de las cimas.

Despuntaba el día y mientras hacía la foto de la Luna y los almendros, sonaba el móvil... Esteve y Teia nos buscaban... habíamos quedado para el amanecer y ya estaba aquí. Apareció con su furgo, y salimos disparados a buscar algún encuadre. Las luces quedaron veladas por unas nubes inoportunas y un potente viento nos despejaba las ideas...

Volvimos a las furgos a esperar a otros amigos (David, Toni, Rosa, Jordi, Alicia, Susana, David, Enrique y un menda... ) para hacer una caminata y subir y bajar alguno de los muchos "graus", que son caminos equipados en los sitios difíciles con escaleras, cuerdas y demás... hacía años que no me acercaba a la zona.

Aquel balcón es el inicio del Grau dels Barrots, el Balcó del Priorat.

A pesar de alguna crisis de fe,  alguna cara pálida, sudores frios y tembleque de piernas, jeje... llegamos a lo alto de la Serra, un lugar áspero, seco y barrido por un viento eterno.

Saliendo del balcó, hacia la hendidura del Grau.

Siempre he pensado que para poder conseguir extraer la esencia de la Naturaleza, ya sea con la cámara, los pinceles, o las letras hay que tener un vínculo... hay que "formar parte" del paisaje, no es lo mismo hacer fotos desde fuera del paisaje (bajar del coche y apretar el dispa da muy buenos resultados...pero en sí es una actividad pobre) que hacer fotos desde "dentro del paisaje". Cuando has estado metido dentro, lo ves de otra manera, conoces algunos de sus secretos, sus verdaderas dimensiones, su carácter. El tacto de sus rocas, el olor de sus plantas.

Pasos estrechos, zonas expuestas a caídas... más impresionante que difícil.


Llegamos hasta el ricón del Grau dels Barrots  y el del Carrasclet, y unos cuantos del grupo decidimos hacer un desvio circular: bajamos el Grau dels Barrots (uno de los caminos imprescindibles de Cataluña) y remontamos el Grau de Carrasclet, más difícil y en un entorno salvaje a más no poder...

Una zona impresionante... formaciones calcáreas, bloques empotrados encima y debajo nuestro.


Arriba nos volvemos a juntar todos y bajamos definitivamente por el Grau de l'Agnet... con diferencia el más tranquilo...y está marcado como GR.

El paso más vertical, puro disfrute.

Unos rincones increíbles, nacidos de la pura imaginación...

El final del Grau, un pasillo perfecto.


Después de una buena merienda en el bar del pueblo, los más agonías aún hacemos una sesión de atardecer, repitiendo encuadres del amanecer pero con mejores luces... es mejor zona para Enero, ya que el sol quedaba ya muy al norte...



Este encuadre ya me gustó a la mañana, la pega que le veo es que se solapa bastante esa roca alta con la pared del fondo...


El problema se solucionó solo al subir la sombra, pero la verdad es que me gusta mucho el volumen que aporta la luz rasante de la anterior en el primer plano... inconformista que es uno, jeje.


Cuando ya casi estábamos recogiendo, un fogonazo de luz inundó las montañas de Siurana a nuestra espalda... probé varios encuadres, y curiosamente, el que más me gustó es este, en el que la carretera parece algo inconexo... un camino hacia ningún lugar...

El final de función fue una breve y suave iluminación de las nubes... y entonces sí, se acabó.

 Este finde pasado, Enrique sufrió una verdadera "prueba iniciativa", y a pesar de su cara pálida y descompuesta  en algún momento (jaaaaaaaaaaaaaaaaa), sé que el paisaje al atardecer ya no "era" el mismo que al amanecer... ahora Él ya es parte del Montsant, y el Montsant parte de Enrique... ese es el vínculo.

Siempre he pensado que esa relación se refuerza cuando disfrutas de la libertad de las cimas...
Y una ocurrencia de última hora... una de esas pequeñas y hermosas incongruencias...: también creo que la libertad es lo que más puede atar a una persona... la libertad es el anclaje más fuerte hacia uno mismo.
Saludos!!