miércoles, 13 de abril de 2011

El anillo de poder.

El título de la entrada se lo debo a Enrique, que publicó una foto en Fotonatura con el título "El ojo de Sauron" y cito literalmente: "cuando llegué allí arriba estaba más "jodido" que Frodo cargando el anillo... " JAAAAAAAAAAAAA!!!
Y realmente era para verle la cara... pero cada cosa a su tiempo.

El Montgròs y "els plecs de llibre". 
La idea, que llevo arrastrando un cierto tiempo era subir al Montgròs  (Montserrat) por la tarde y ver la puesta de Sol por detras de la región de Agulles y sobretodo la última luz incidiendo sobre las rocas cimeras de Ecos, Miranda y San Jeroni...

Subimos lastrados por un Sol (y calor) implacable por el "camí dels francesos" hasta el mirador de la Canal de Migdía... allí vimos por fin la gran cima del Montgròs y Enrique, que llevaba rato preguntando (como los niños en los viajes en coche, jeje) si faltaba mucho pudo apreciar las dimensiones del lugar... Aún faltaban unos cuatrocientos metros de desnivel...


Entrar en las canales de Montserrat es dejar el mundo "civilizado" de las vistas aéreas y penetrar en un paisaje primigenio, donde reina el caos: lecho de arena en el "torrente" siempre seco, árboles caídos, lianas,   enormes rocas de cientos de toneladas inconcebibles... aprovechadas como un vivac espectacular... Estos paisajes son uno de los últimos refugios del Tejo, un superviviente de otras Eras.

Ahí vemos a Enrique con ese paso montañero... esa sonrisilla de autosatisfacción!
Y buscamos y rebuscamos el desvío del Montgròs... y seguimos buscando sin encontrarlo... hasta que lo encontramos, jeje.
Y no sé si Enrique se alegró o no, jaaaaaaaaa! que sube muy mantenido... precioso camino. Hace un buen trecho que Enrique me pasó su enorme e importante carga... una carga metálica por la que muchos fotógrafos "matarían"... un enorme trípode, con una "cabeza" más grande que la de Sauron.


Y ahora yo me pregunto... si él era Frodo entrando en las temibles y ásperas tierras de Mordor, llevando una pesada carga (a ver si dejas de fumar!!) a mí me quedaría el papel de acompañante del Portador, ¿yo sería Sam, o Gollum?? Jaaaaaaaaaaaaaaa!.



Reconozco que suelo huir de la luz directa del Sol, pero tampoco me imagino a Gollum con una sonrisa en la cara... y yo me iba partiendo la caja (de la risa) con Enrique... Aunque me hubiera gustado más ser Aragorn... creo que me tendré que conformar con ser Sam... qué se le va a hacer.


Llegamos arriba y ya las luces pintaban bonitas... el cielo bastante limpio... y empezamos a buscar encuadres, y el tiempo se acelera... de repente aparecen nubes y las luces ya no paran de desfilar junto a un viento frío... un viento de tormenta.


Cada vez más tapado el cielo y se empiezan a ver cortinas de agua a lo lejos...


Hasta que nos llega la hora y empiezan a caer goterones de agua... la luz se vuelve más sutil y se hace prescindible el filtro degradado.


Y llega la noche, y el descenso a oscuras... Enrique ha venido sin frontal y bajamos lentamente... aún hacemos alguna nocturna, pero con poca gracia y con menos ganas, jeje.
Y yo, que voy de listo, en un mal paso me tuerzo un tobillo y aún me molesta... pero nada... que mala hierba nunca muere, jeje. Que hoy ya he ido a correr...
Hasta la próxima...
.... mi tesssoro....

miércoles, 6 de abril de 2011

Los conquistadores de lo inútil. 2ª parte.

Bueno amigos, nos habíamos quedado en cierto pino solitario... y empezaré esta entrada con el mismo pino pero visto desde abajo... lo que puede cambiar un paisaje visto desde diferentes puntos de vista muy cercanos entre sí. Por eso conviene revolotear alrededor de un motivo cuando te llama la atención.


La cuestión es que cuando se agotan las ideas, seguimos el descenso, aún bastante vertical, aún en un terreno peligroso... complicado hacer fotos así, cámara en una mano, piolet, bastón...


Entonces las vemos... unas preciosas torres de roca, separadas de la pared principal, el ambiente es sensacional... viento fuerte, una ligera nevada... Dificilísimo recrear en las fotos el ambiente que tenemos... se pierde en el camino al sensor la verticalidad, las dimensiones de las rocas...


Pierdo de vista a Ignasi o me concentro tanto que no lo veo, no sé.


Es curioso como cambia de manera tan sutil la luminosidad de la niebla, o como a veces, la cámara capta un sutil   resplandor más cálido en algunas zonas... a simple vista, no se nota.


Entonces aparece el compi, y es cuando le digo... "oye, por qué no te subes a la primera aguja??". Inexplicablemente, Ignasi dice que sí, y sale disparado, el tío... jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!


La idea era que se pusiera de pie en la aguja, pero realmente hacía mucho viento. Demasiado.


Y proseguimos la bajada, y atacamos las torres de roca desde abajo...


Nos pasa lo mismo... cuesta una barbaridad concretar dentro del sensor el cúmulo de sensaciones, de emociones que sentimos... el ambiente y las dimensiones del paisaje... quedan las fotos como descafeinadas.


Cuando ya estamos llegando al límite de las nieves me llaman la atención las formas que adaptan las festucas por el efecto del hielo en el suelo, que crea esa especie de "escalones". La niebla ya no es tan densa y hay que esperar los momentos más adecuados para que el fondo no tenga demasiada presencia.


Y ya estamos casi abajo... en el camino hasta el refu y la furgo... contentísimos por el ratillo vivido en esta soledad normal... hay poca gente con ese puntito de locura necesario para subir una montaña así, un día así... y es una gozada estar solo en el Pedraforca, víctima de su propia fama, sufridora de muchedumbres montañeras.




Saludos!